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  • Javier Arístegui

Remolinos en las Islas Canarias: la perspectiva de Gaia

Hace más de 30 años que venimos estudiando los remolinos de Canarias, y en este tiempo, hemos descubierto muchos de sus secretos, por ejemplo: que se originan a sotavento de las islas por la perturbación del flujo de la Corriente de Canarias, formando “calles de remolinos” ciclónicos y anticiclónicos, que se desprenden de forma alterna; en algunos casos, como al sur de Gran Canaria, con una simetría casi perfecta – a modo de lo que en dinámica de fluidos se denomina “calle de vórtices de Von Kármán”; que los remolinos ciclónicos y anticiclónicos funcionan como una bomba de doble sentido, intensificada por el estrés del viento: los primeros bombean agua profunda hacia la superficie, rica en nutrientes, incrementando la productividad del plancton, mientras que los segundos hunden la materia orgánica hacia el fondo; que los frentes entre remolinos son regiones de convergencia donde se acumulan materiales vivos e inertes que pueden transportarse por diferentes mecanismos hacia el océano profundo.


Sabemos que los remolinos pueden conectarse entre sí, intercambiando agua de diferente temperatura y productividad. Algunos incluso interactúan con las aguas productivas del afloramiento de la costa africana, induciendo la formación de filamentos de aguas enriquecidas que llegan hasta las islas orientales. También sabemos que los remolinos que se han desprendido hace meses de las islas han sufrido una metamorfosis en su estructura y presentan procesos físicos muy distintos a los que regulaban su funcionamiento cuando se originaron. Lo que aún no sabemos es cómo ha sido la evolución de estos procesos a largo de la historia de vida de los remolinos, y esto es parte de lo que queremos estudiar en el proyecto e-IMPACT.


Además, queremos averiguar qué papel juegan los remolinos en el secuestro de carbono en el océano profundo a lo largo de su vida, con el fin de poder extrapolar estos procesos a otras regiones oceánicas, y ver su impacto a escala global. En esta búsqueda de nuevos secretos sobre los remolinos, nos hemos embarcado investigadores y alumnos, de grado y máster, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a bordo del B/O Sarmiento de Gamboa, en nuestra primera campaña del proyecto.


Llevamos un mes estudiando tres remolinos en sus procesos de génesis, que hemos bautizado Nublo (al sur de Gran Canaria), Anaga (al sur de Tenerife) y Garajonay (entre La Gomera y El Hierro). Dentro de cuatro meses, volveremos para estudiar estos mismos remolinos ya “maduros”, que se habrán trasladado cientos de millas a lo largo del denominado “Corredor de Remolinos de Canarias” y esperamos entender cómo se han modificado a lo largo de su ciclo de vida. Este viaje hacia lo desconocido no sería posible sin el apoyo de imágenes de satélite de alta resolución y modelos del servicio Copernicus, así como de un robot submarino (glider) operado por la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN).


Los remolinos de Canarias no funcionan como sistemas aislados, constituyen un “sistema circulatorio”, con multitud de corazones que pulsan con mayor o menor intensidad en ambas direcciones, y que se conectan mediante “arterias” entre sí, intercambiando calor, energía y propiedades biogeoquímicas. Algunos de estos “corazones” laten con una intensidad inmensa en un mismo lugar, como el de Garajonay, enriqueciendo los canales entre El Hierro, La Gomera y Tenerife (de ahí la fertilidad de estas zonas), desvaneciéndose con el tiempo, hasta que vuelvan a activarse.


Otros “corazones”, como los de Nublo y Anaga, derivarán hacia el océano abierto transportando su productividad y fertilizando aguas más lejanas. Todo este sistema circulatorio está de alguna forma conectado con las aguas productivas de la costa africana, haciéndonos recordar el origen de los primeros pobladores de Canarias. Constituye una pequeña Gaia, como diría James Lovelock, un centro neurálgico de fecundidad, que da sentido al equilibrio y la fertilidad de las islas, y a su conexión con el resto del océano Atlántico subtropical.


A la izquierda, el corredor de remolinos al sur de las islas. A la derecha, la conexión de Gaia.

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