El pasado 16 de noviembre dábamos comienzo al primer muestreo de la campaña, comenzando con una serie temporal para estudiar durante 24 horas el centro del remolino. Todos estábamos emocionados de poder tener muestras después de 9 días de espera, tras el intenso estudio físico del remolino con el SeaSoar y el ADCP.
Gracias a la colaboración de investigadores de diferentes centros y universidades esta campaña tiene un aspecto multidisciplinar. Por una parte, tenemos al equipo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con científicos de grupos de oceanografía biológica, física y química; investigadores del CSIC de Vigo y Granada y una investigadora del IEO de A Coruña. Además, hay investigadores de doctorado y postdoctorado que vienen de la Universidad de California del Sur y del grupo Ocean Bridges del Instituto Mediterráneo de Oceanografía.
Aunque fue un día largo queremos haceros un pequeño resumen para que podáis entender cómo es el día de un oceanógrafo en una campaña científica. A primera hora se preparan las trampas de sedimento, un equipo que sirve para captar el sedimento suspendido en la columna de agua que va decantando desde la superficie hasta los 200 metros. Estas trampas se colocan con una boya cerca del centro del remolino donde se dejan durante 24 horas para que puedan captar suficiente sedimento.
Javier, Aja y Mar preparados para lanzar las trampas de sedimento
Nacho, Andrés y Javier recuperando las trampas de sedimentos con éxito tras pasar 24 horas en el mar
A continuación, se lanza la conocida roseta, que se trata del equipo oceanográfico por excelencia que nos permite tomar muestras de agua a diferentes profundidades, que en nuestro caso abarcan un amplio rango desde los 1500 metros de profundidad hasta la superficie. Cuando sube la roseta comienza la locura y todos los investigadores se ponen manos a la obra para coger cada uno el agua que necesitan para analizar su parámetro. Esto luego se traduce en una gran cantidad de viales que recogen pequeñas muestras y una gran cantidad de filtraciones de agua que permiten concentrar la muestra en un filtro, para luego ser analizados en tierra.
La primera roseta de la campaña se va al agua
Álvaro, Rubén, Pepe y Pepelu muestreando la primera roseta de la campaña
Luego llega el lanzamiento de la Marine Snow Catcher, que es una botella oceanográfica de gran volumen que se emplea para recoger muestras de nieve marina y facilitar el estudio de la distribución de estas partículas en la columna de agua, pudiendo analizar también la velocidad de caída de las partículas en función del peso.
Pepe, Gero, Elena y Abisai lanzando la primera Snow Catcher
Por último, lanzamos la MOCNESS (Multiple Opening and Closing Net, with an Environmental Sensing System), que es una batería de paneles de redes con mallas de diferente tamaño que lleva incluidos sensores que permiten saber la profundidad, la temperatura, la salinidad y la clorofila. Cada red se puede abrir y cerrar de forma independiente para que tome muestras de un área discreta de agua en las profundidades deseadas.
La MOCNESS lista para ser lanzada al agua
Con esto terminamos el día y continuamos hacia el transecto biogeoquímico donde estamos actualmente, cruzando el remolino Bentayga por el centro, realizando un total de 27 estaciones, que nos van a dar una caracterización del remolino a pequeña escala.
Los puntos del transecto con logos bonitos que pone nuestro informático Jose
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